La polémica por el consumo de agua del Gobernador de Nuevo León, Samuel García, volvió a escalar luego de que el propio Mandatario publicara en redes sociales su recibo de agua, con el que buscó desmentir las acusaciones de un presunto hacker que aseguró que Samuel gasta solo 400 pesos mensuales por el servicio de agua en su domicilio.
Sin embargo, en su intento por justificar su gasto, García terminó evidenciando que gasta 65 mil litros de agua al mes, un promedio de 2 mil 166 litros diarios en su residencia de San Pedro Garza García. Esto contrasta fuertemente con la campaña oficial “Ciudadanos de 100”, impulsada por su gobierno, que pide a la ciudadanía no consumir más de 100 litros por persona al día.
Durante los primeros meses del 2024, Nuevo León enfrentó una de las peores crisis hídricas en su historia reciente. En medio de esa emergencia, se lanzó una intensa campaña para concientizar sobre el ahorro del agua, al tiempo que se realizaron cortes, limitaciones de horarios y se multó a quienes hicieran uso excesivo del recurso.
Mientras tanto, el Gobernador consume más de 700 litros diarios por persona, en un hogar compuesto por él, su esposa Mariana Rodríguez y su hija pequeña, superando ampliamente el promedio metropolitano y triplicando incluso el consumo de un sampetrino promedio.

Samuel gasta siete veces más que la ciudadanía
El documento oficial, publicado por el propio Samuel García, muestra que pagó 4 mil 017 pesos en el mes de abril por el consumo de 65 metros cúbicos de agua, es decir, 65 mil litros. Esta cifra, al dividirse entre los 30 días del mes, da un promedio de más de 2 mil 100 litros diarios.
Si se considera que en el domicilio habitan tres personas —el Gobernador, su esposa y su hija— el gasto diario por persona asciende a 722 litros diarios. Esta cifra equivale a siete veces más que lo que la administración estatal exige a los ciudadanos a través de la campaña “Ciudadanos de 100”.
Incluso si se toma como referencia el consumo promedio de San Pedro Garza García, municipio conocido por ser el de mayor gasto per cápita en agua en todo el país, Samuel gasta tres veces más que un sampetrino promedio. En 2024, el promedio de consumo en San Pedro fue de 227.5 litros por persona por día.
Esto ha generado fuertes cuestionamientos, no sólo por la contradicción entre el discurso público y la práctica privada, sino por la falta de coherencia entre la exigencia gubernamental hacia la ciudadanía y el ejemplo que ofrece su principal figura política.
Su discurso oficial no convence
En medio de la controversia, el Gobernador intentó defenderse afirmando que él no representa una carga para el erario público. Señaló que vive en su casa, paga sus servicios y dona su sueldo, a diferencia —dijo— de otros Mandatarios que residen en casas oficiales con todos los gastos cubiertos por el Estado.
“Yo no le cuesto ni un peso a Nuevo León”, declaró. “Pago mi agua, mi luz, mi gas, mi predial y todo lo que implica mantener mi hogar”. Afirmó que así continuará durante todo su sexenio.
No obstante, la publicación de su recibo de agua provocó el efecto contrario al esperado. En lugar de disipar la polémica, aumentaron las críticas por la forma en que el Mandatario administra sus recursos personales mientras impulsa restricciones estrictas para los demás.
El doble discurso no pasó desapercibido para los ciudadanos, que han sido sancionados por lavar sus patios, regar sus plantas o llenar una cubeta fuera de los horarios establecidos. Mientras tanto, Samuel vive en una casa con alberca, jardines amplios y consumo excesivo, según los propios registros oficiales.
Casa y estilo de vida de Samuel
La residencia de la familia García Rodríguez está ubicada en el fraccionamiento San Patricio, una de las zonas más exclusivas de San Pedro Garza García. Se trata de un inmueble que incluye amplios espacios, jardín, alberca y elementos de lujo, como candelabros, pisos de duela y muebles de diseñador.
De acuerdo con sitios especializados como Inmuebles24, las casas en esa zona pueden alcanzar valores de hasta 150 millones de pesos, e incluso más. Se estima que propiedades similares consumen cantidades considerables de agua solo para el mantenimiento de las áreas verdes y piscinas.
Este estilo de vida contrasta fuertemente con las condiciones que viven cientos de miles de familias en el resto del Estado, quienes han enfrentado restricciones extremas durante los últimos años por la crisis hídrica. Muchas colonias han tenido que adaptarse a horarios reducidos de servicio, baja presión y una constante incertidumbre sobre la disponibilidad del recurso.
Mientras tanto, los datos oficiales demuestran que Samuel gasta sin límites, sin que ello tenga consecuencias legales o éticas dentro de su administración.
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