Hace un año, tras el paso de la tormenta “Alberto”, el Gobernador Samuel García anunció con firmeza que aprovecharía los daños para rediseñar y mejorar el Par Vial en las avenidas Constitución y Morones Prieto. El objetivo principal era eliminar obstáculos y garantizar un flujo continuo, algo que desde su implementación en 2010 —tras el huracán “Alex”— ha sido motivo de quejas constantes por parte de los conductores.
Durante aquella conferencia en julio de 2024, García criticó abiertamente el sistema creado en la administración del exgobernador Rodrigo Medina, asegurando que se trataba de un “mugrero” mal diseñado y que sólo había servido para desviar recursos. “No es posible que cada pocos kilómetros haya retornos y puentes que bloquean varios carriles, afectando a miles de ciudadanos que transitan diariamente”, señaló entonces el mandatario.
Sin embargo, un año después, la realidad en el Par Vial dista mucho de las promesas. Los avances brillan por su ausencia, y la movilidad en estas importantes arterias continúa siendo un desafío para quienes se trasladan por la zona metropolitana.

Obras sin avances claros
Durante el anuncio inicial, el titular de Movilidad y Planeación Urbana, Hernán Villarreal, aseguró que las obras del Metro Línea 6 y el entonces planeado viaducto elevado en Morones Prieto servirían para redefinir el trazo del Par Vial. Estas intervenciones pretendían corregir errores históricos y ofrecer avenidas más fluidas y seguras.
No obstante, el panorama actual muestra que el Metro avanza sin obras complementarias vinculadas al Par Vial, y el viaducto elevado fue cancelado tras diversas críticas ciudadanas y la imposibilidad de entregarlo antes del Mundial, como había prometido el Gobernador. La cancelación de este proyecto reflejó, además, la falta de planeación y el débil sustento técnico de propuestas estatales.
La falta de coordinación entre proyectos y la ausencia de estrategias integrales han dejado al Par Vial en un estado de estancamiento, alimentando la frustración de automovilistas y vecinos.
Avenidas saturadas y sin solución
El paso del tiempo no ha sido benévolo con el Par Vial. En un reciente reporte, se evidenció que el sistema vial, creado tras el huracán “Alex”, está completamente rebasado por la creciente carga vehicular y los múltiples puntos de congestión a lo largo de su recorrido.
Las avenidas Constitución y Morones Prieto, piezas clave del Par Vial, experimentan diariamente atorones que afectan la movilidad y aumentan los tiempos de traslado. La promesa de un flujo continuo y sin obstáculos parece una meta cada vez más lejana. La población exige soluciones efectivas que no se queden solo en discursos o anuncios de prensa.
El gobierno estatal, consultado sobre los planes actuales para el Par Vial, no emitió ninguna postura oficial, lo que alimenta aún más la percepción de abandono y desinterés.
Más autos y menos planeación
Fernando Gutiérrez, actual Secretario de Desarrollo Urbano en Monterrey y uno de los involucrados en la creación original del Par Vial, explicó que el parque vehicular se ha duplicado en los últimos años, e incluso podría haberse triplicado si se consideran los autos no registrados.
Esta sobrecarga vehicular complica aún más la situación, saturando carriles y generando puntos críticos que demandan intervención inmediata. Gutiérrez señaló que se analizan medidas para aliviar estos problemas, como la eliminación de vallas de concreto que actualmente bloquean un carril exprés en Morones Prieto, específicamente en la bajada del Multimodal Zaragoza.
Según el funcionario, la remoción de estas barreras ya está en proceso gracias a instrucciones municipales, pero sigue siendo apenas una pequeña parte de lo que se necesita para que el Par Vial funcione como fue concebido originalmente.
El estado actual del Par Vial refleja la falta de acciones concretas y el incumplimiento de compromisos asumidos públicamente por el Gobierno de Nuevo León. Aunque se han registrado algunas iniciativas aisladas, la mayoría de las soluciones prometidas no se han materializado.
La ciudadanía sigue a la espera de un plan integral que no solo responda a la saturación actual, sino que también considere el crecimiento futuro y la necesidad urgente de un transporte eficiente y seguro. Mientras tanto, los conductores continúan enfrentando un sistema vial que, lejos de ser fluido y moderno, se ha convertido en un obstáculo cotidiano en sus trayectos.
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