El sistema de transporte público en Nuevo León enfrenta una de sus etapas más críticas. Representantes del sector transportista señalaron que, tras tres años de implementación del esquema de pago por kilómetro, el modelo fracasó rotundamente, generando el deterioro del servicio, el cierre de empresas y pérdidas millonarias para el Estado.
Ahora, con el reciente anuncio del regreso al esquema de pago por pasajero, los transportistas advierten que la crisis no terminará si no se garantiza un entorno operativo viable, que incluya incentivos y un ajuste en las tarifas.

Transportistas acusan fracaso y despilfarro del Estado
Cuatro transportistas consultados, bajo anonimato, coincidieron en que el modelo implementado por el Gobierno de Samuel García fue un “experimento costoso” que nunca cumplió sus objetivos.
“Destrozaron el transporte”, resumió uno de los entrevistados. “Tuvieron tres años para demostrar resultados y solo dejaron pérdidas, caos y una ciudad paralizada por la falta de camiones”.
Los empresarios señalaron que el esquema por kilómetro, lejos de incentivar mejoras, provocó fallas constantes en los pagos, inestabilidad en la operación y llevó a la quiebra a varias compañías.
“El estancamiento de tarifas ya venía desde el sexenio anterior, pero con este nuevo plan fue aún peor. Nos prometieron orden, pero nunca funcionó”, expresó otro de los transportistas, quien además calificó el modelo como “un crimen” contra la movilidad de la ciudad.
Agregó que si se hiciera un cálculo de las horas perdidas por los usuarios y automovilistas debido a la falta de camiones, las cifras serían escandalosas.
Regresa el sistema de pago por pasajero al transporte público de Nuevo León
La administración estatal anunció recientemente el fin del esquema de pago por kilómetro, el cual operó durante 33 meses, para regresar a la fórmula tradicional: el pago por cada pasajero transportado.
Aunque para algunos transportistas esto representa una esperanza, otros lo consideran una decisión tardía y forzada por el colapso del sistema.
“Es una lucecita al final del túnel, pero no sabemos si llegamos demasiado tarde. Este cambio llega después de que muchas empresas cerraron, muchas rutas se abandonaron y los usuarios ya no confían”, señaló otro empresario.
Recalcaron que, durante la implementación del esquema anterior, además de las fallas en los pagos, tampoco se otorgaron los incentivos prometidos para mantener la operación, lo que agravó aún más el panorama.
Ajuste en tarifas del transporte público en Nuevo León
Pese al cambio de modelo, los transportistas advirtieron que sin un ajuste en las tarifas, el sistema continuará en crisis. Actualmente, el pasaje se mantiene en 15 pesos, y aunque se ha planteado un incremento, lo consideran insuficiente.
“Si se sigue manejando el tema de tarifas con criterios políticos, esto no se va a componer nunca”, expresó uno de los entrevistados. “Aún si llegamos a los 17 pesos, sigue siendo bajo comparado con los costos actuales de operación”.
Los transportistas insistieron en que el gobierno debe ser claro sobre cómo operará el nuevo modelo de pago por pasajero, cuáles serán los incentivos y cómo garantizará que no se repitan los errores del pasado.
Además, temen que el cambio los deje atrapados entre la presión de ofrecer un servicio de calidad y no contar con los recursos suficientes para operar.
“Ahora el transportista queda en medio del fuego. Si el gobierno no paga, nos hundimos. Si no suben la tarifa, también. ¿Y quién termina pagando? El usuario”.
Demandan reglas claras para nuevo esquema de transporte público
Uno de los principales señalamientos fue la falta de claridad sobre cómo se aplicará la transición al nuevo esquema. De acuerdo con los testimonios, ni en la última sesión de la Junta de Gobierno se presentaron lineamientos precisos ni se rindieron cuentas sobre el fracaso del modelo anterior.
Los transportistas lamentaron que, a pesar de las advertencias realizadas desde el inicio del sexenio, el Gobierno no haya escuchado sus recomendaciones.
“Se les dijo todo lo que podía pasar. No hicieron caso. Gastaron miles de millones para volver al punto de partida, pero ahora con un sistema más dañado que antes”, concluyó uno de los testimonios.
La comunidad transportista espera ahora que las nuevas reglas no solo representen un cambio administrativo, sino una verdadera solución a un sistema que consideran devastado.
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