El Gobernador de Nuevo León, Samuel García, promovió activamente la participación en las elecciones judiciales del pasado 1 de junio, impulsando incluso un polémico operativo interno conocido como “Operativo Acordeón”. Sin embargo, a pesar de su insistente presión sobre funcionarios estatales para movilizar el voto, el Mandatario no acudió a emitir su sufragio, dejando su ausencia registrada en la misma casilla en la que debía votar.
Mientras sus colaboradores compartían reportes sobre movilización electoral, Samuel García pasaba el día en actividades personales y de descanso familiar. En redes sociales, él y su esposa, Mariana Rodríguez, compartieron imágenes y videos disfrutando del domingo en casa, en la alberca y en espacios recreativos.
Operación Acordeón culmina con 36 denuncias
La jornada extraordinaria para elegir a integrantes del Poder Judicial Federal en Nuevo León estuvo marcada por señalamientos graves sobre manipulación del voto. La Fiscalía Especializada en Delitos Electorales de Nuevo León (FDE) confirmó que hasta el cierre del proceso se habían acumulado 36 denuncias formales relacionadas con la entrega de acordeones y presión a funcionarios públicos para favorecer a candidatos vinculados a Movimiento Ciudadano y al Gobernador Samuel García. Las denuncias se concentran principalmente en el denominado “Operativo Acordeón”.
Gustavo Solís, titular de la FDE, informó que el domingo 1 de junio se añadieron cinco nuevas denuncias por coacción y amenazas directas a votantes, lo que elevó el total de denuncias a 36. Estas se suman a las 31 que ya se habían presentado hasta el día anterior, reflejando una constante durante todo el proceso electoral.
Samuel no acudió a su casilla
García está registrado en la Sección 1410, correspondiente a la Colonia Del Paseo Residencial, al sur de Monterrey, donde mantiene su domicilio electoral. De acuerdo con el personal de la casilla, tanto él como su esposa aparecen en la lista nominal y solían acudir en otras elecciones entre las 10:00 y 10:30 de la mañana.
“Regularmente viene como a las diez o diez y media”, comentó uno de los funcionarios de casilla, quien confirmó que nunca se presentó a lo largo del día.
La casilla abrió a las 8:29 horas y cerró a las 18:00 horas con apenas 194 votantes registrados, lo que representa un 10.2% de participación en una lista nominal de 1,906 ciudadanos. A pesar de la promoción institucional para asistir a las urnas, el propio Gobernador optó por no cumplir con esa responsabilidad cívica.
Acarreo y presión interna para elecciones judiciales
Lo que ha causado mayor controversia es que, durante semanas previas a la elección, diversas fuentes internas del Gobierno estatal denunciaron que funcionarios de alto nivel exigieron a empleados de distintas Secretarías y organismos presentar al menos 10 credenciales de elector de personas dispuestas a votar por los candidatos afines al Gobernador.
El mecanismo, conocido como “Operativo Acordeón”, incluía instrucciones específicas, reparto de listas prellenadas, y exigencias de fotografías como comprobante de participación, bajo advertencias de posibles represalias laborales para quienes no colaboraran con el operativo. Esta estrategia fue señalada por algunos trabajadores como un acto de presión y coacción del voto.
La operación incluyó también la distribución digital y física de “acordeones” con los nombres y números de candidatos sugeridos, según reportes de medios y organismos observadores. Aunque el Instituto Nacional Electoral advirtió contra este tipo de prácticas, en algunos casos se mantuvieron pese a las prohibiciones oficiales.
Un domingo lejos de las urnas
Mientras se desarrollaba la jornada electoral, el Gobernador no realizó publicaciones ni apariciones públicas relacionadas con el proceso de votación. En cambio, compartió en redes sociales momentos en familia, con imágenes paseando en un parque y disfrutando del día soleado en la alberca de su hogar.
La postura de García, quien ha hecho de la presencia mediática uno de los ejes de su gestión, contrastó fuertemente con el mensaje que su administración transmitió a los empleados estatales, quienes incluso fueron convocados para movilizar a votantes y participar activamente en la elección del Poder Judicial.
La ausencia del Mandatario ha generado críticas por parte de ciudadanos y actores políticos, quienes señalaron una falta de congruencia entre su discurso de participación democrática y sus acciones personales el día de la elección.
Contraste con la participación ciudadana
En el contexto de una jornada que registró una participación nacional estimada en solo el 13%, la actitud del Gobernador ha llamado particularmente la atención, dado su rol como figura promotora del voto en esta elección inédita.
El hecho de que no haya acudido a votar mientras su administración impulsaba acciones de movilización masiva genera cuestionamientos sobre la legitimidad del mensaje institucional y deja al descubierto una brecha entre el discurso oficial y el compromiso personal.
Para muchos, la jornada del 1 de junio representaba una oportunidad para fortalecer la democracia y abrir espacios en la estructura judicial, pero la baja participación y los reportes de presiones laborales han opacado ese objetivo. La ausencia del Gobernador solo añade más tensión al balance final.
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