El París Saint-Germain (PSG) finalmente rompió la maldición en la Liga de Campeones y se proclamó campeón de Europa por primera vez en su historia, tras golear 5-0 al Inter de Milán en una final celebrada en el Allianz Arena de Múnich. Más de 70 mil personas fueron testigos del histórico momento, en el que el club francés no solo se alzó con la anhelada “Orejona”, sino que también impuso la mayor goleada en una final del torneo en sus 69 ediciones.
Con una actuación ofensiva contundente, el equipo dirigido por Luis Enrique superó sin problemas a un Inter desdibujado, que no logró responder a la intensidad parisina desde los primeros minutos del encuentro. La victoria no solo significó el primer trofeo continental del PSG, sino también el segundo título de Champions League para un club francés, después del Olympique de Marsella en 1993.
PSG Dominó Desde El Principio
El marcador se abrió al minuto 12, cuando Achraf Hakimi aprovechó un pase preciso de Désiré Doué para empujar el balón frente al arco. Pese a la emoción del gol, el lateral español no lo celebró, en señal de respeto hacia el Inter, donde jugó en la temporada 2020-2021. Apenas ocho minutos después, Doué convirtió el segundo tras un contragolpe iniciado por Ousmane Dembélé, cuyo pase cruzado fue bien aprovechado por el joven de 19 años, con un disparo que desvió el defensor Federico Dimarco, dejando sin oportunidad al portero Yann Sommer.
El Inter, dirigido por Simone Inzaghi, no logró reaccionar. A pesar de intentar aproximarse al área rival tras el segundo tanto, el cuadro italiano se topó una y otra vez con una defensa bien organizada y un mediocampo sólido comandado por Vitinha, quien manejó los tiempos del partido con inteligencia y visión.
PSG brilla en Champions con histórica goleada
La presión del PSG no cesó en la segunda mitad. El propio Doué firmó su doblete al minuto 63, y diez minutos después, el georgiano Khvicha Kvaratskhelia anotó el cuarto tanto tras una jugada que culminó con un disparo cruzado imposible para Sommer. La fiesta se selló con el quinto gol, cortesía del joven Senny Mayulu, quien ingresó de cambio al 84 y apenas dos minutos después aprovechó una combinación con Bradley Barcola para cerrar la histórica goleada.
El París Saint-Germain dejó en claro que su presencia en la final no fue producto del azar. Desde el primer minuto mostró su mejor versión y no dejó espacio para sorpresas. A lo largo del torneo, eliminó a rivales como el Atlético de Madrid, el Borussia Dortmund y el Manchester City, hasta llegar a esta final contra el Inter, que venía de perder en 2023 ante el Manchester City.
Fin De Una Larga Espera
Desde su fundación en 1970, el PSG había soñado con levantar la Champions League. Su oportunidad más cercana había sido en 2020, cuando cayó en la final ante el Bayern Múnich. A pesar de las millonarias inversiones en figuras como Neymar, Kylian Mbappé y Lionel Messi, el club no logró concretar ese objetivo, hasta ahora. Esta vez, sin ninguna de esas estrellas en la cancha, el club logró el ansiado título con un plantel más joven y enfocado en el juego colectivo.
El entrenador Luis Enrique, que ya había ganado la Champions con el Barcelona en 2015, vivió una noche emotiva. Durante el partido, la afición del PSG desplegó una pancarta con la imagen del técnico junto a su hija Xana, fallecida en 2019, provocando lágrimas en el banquillo parisino. Con esta victoria, el técnico español se unió a un grupo selecto de entrenadores que han ganado la Champions con dos clubes distintos.
París Celebra En Grande
En la capital francesa, la alegría fue inmediata. La Torre Eiffel se iluminó con los colores rojo y azul del PSG, mientras miles de aficionados se congregaron en puntos emblemáticos como los Campos Elíseos para celebrar. El ambiente festivo fue acompañado por un fuerte operativo de seguridad que desplegó a más de 5 mil gendarmes en las calles.
Sin embargo, la euforia también dio paso a algunos disturbios. De acuerdo con los reportes policiales, se registraron al menos 131 detenidos por incidentes relacionados con los festejos, incluyendo daños a comercios en las cercanías del estadio del PSG y en zonas céntricas. A pesar de esto, la celebración continuó hasta altas horas de la noche.
En Múnich, el ambiente tampoco fue del todo controlado. Decenas de aficionados intentaron invadir la cancha al final del partido para abrazar a sus ídolos, lo que obligó a la intervención de la policía local. No obstante, la imagen que prevaleció fue la de un equipo que, tras años de inversión, decepciones y críticas, por fin encontró su lugar en la élite del fútbol europeo.
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